Hola, hola. Aquí Romuald con el podcast número 4.
Ayer quería hablar del autoconocimiento, pero estaba yo hoy en el gimnasio, apretando el culo para levantar pesas… Estoy escuchando siempre vídeos de YouTube, de gente de la que quiero aprender cosas: emprendedores, personal coachers, cosas así. En eso que estaba escuchando a uno de estos personal coach, le han hecho la típica pregunta de «¿Qué consejo darías tú a alguien que quiere empezar una empresa?», y el tío ha respondido lo que se responde casi siempre.
(Yo sé que muchos me vais a odiar por lo que voy a decir, pero es lo que hay. Si hago este podcast, es para decir lo que pienso y para llegar a una audiencia que piense como yo. Así que si lo que digo no te mola, lo siento mucho, pero este no es tu podcast).
Así que el tío ha respondido lo de siempre: «Lo más importante para que tu negocio funcione es que te guste lo que hagas. Que sientas pasión por lo que haces». Y yo ahí discrepo muchísimo. Muchísimo.
Ese tipo de pasión hará que tu negocio fracase
¿Cómo puedo argumentar esto?
A ver, yo creo que ese tipo de pasión es la responsable de que fracasen tantos miles de emprendedores. Y que es momento de poner los pies en el suelo.
Yo ya, con el tiempo, he desarrollado una habilidad de cenizo, que cuando veo, por ejemplo, en mi barrio, que abren una nueva tienda, yo sé si va a durar o no va a durar. La mayoría de veces. En algunos casos es súper evidente.
El año pasado, en la misma manzana en la que estoy, se empezaron tres negocios. Y le dije a mi mujer: «A este negocio le doy un año»… Los tres están ya cerrados.
Uno era de cartuchos, de estos que se rellenan, otro era de cosas de niños de segunda mano, carritos y todo esto, y lo otro era una cafetería.
¿Y por qué cerraron esos negocios? Uno abrió el negocio porque sentía pasión por los niños, los carritos de bebé, esta historia, la otra persona empezó la cafetería porque su marido había trabajado en el tema del café, recuerdo que me lo explicaba, que sabía hacer café y que le gustaba muchísimo.
¿Estamos tontos o qué pasa aquí?
Un negocio es un negocio. No es un hobby. Si consigues que tu negocio sea un hobby, eres un tío muy suertudo.
Si vas a empezar un negocio, lo primero que tienes que hacer es sentir pasión, por supuesto, pero no por lo que vas a hacer, sino por lo que puedes conseguir con ese negocio.
La pasión mala es la que, de forma ciega, te dice: «Haz esto, que es lo que te gusta. Y como te gusta, vas a triunfar».
La pasión buena, la del objetivo dice: «Tener este negocio me va a permitir ser independiente económicamente y me va a permitir conseguir irme de vacaciones con mi familia. O me va a permitir conseguir cuatro horas al día, o tener a alguien que trabaje por mí, yo estar disfrutando de mi familia o viajando por el mundo».
La pasión buena es la que persigue objetivos
Y la pasión mala, desde el punto de vista empresarial… Porque, cuidado, estoy hablando desde el punto de vista empresarial. Todo lo que sea creativo, todo lo que sea deporte, todo lo que sea hobby, evidentemente, tiene que tener una pasión interna.
Es que es lo que la define.
Una pasión que haga que lo hagas porque te gusta, pero no esperando recibir dinero a cambio.
Pongamos los pies en el suelo y entendamos que un negocio lo que tiene que hacer es suplir una demanda, ayudar o entretener a alguien. De nada sirve que porque a ti te guste mucho el café, abras una cafetería al lado de una cafetería que tiene un mejor local, que tiene 20 años de servicio y en los cuales tiene un público fiel, que los camareros son graciosos y que, encima, el café que tienen es mejor que el tuyo. Lo siento.
¿Qué va a pasar? Pues por culpa de esa pasión mala, te la vas a hostiar. Lo que dicen todos los putos gurús de que si tienes pasión, vas a poder sobrellevar todo, es una mierda. Es una falacia. Y hace que la gente se estimbe de morros, pierda dinero y se vaya a la ruina.
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Los negocios son los negocios. Los negocios requieren de dinero para funcionar. Y si no eres capaz de encontrar pasión en unos objetivos, en vez de en el trabajo en sí, mal lo llevas.
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Si a mí me gusta el marketing online, pues me puedo dedicar al marketing online. Pero ¿por qué? Porque en el momento que empecé esto del marketing online, yo tenía que cubrir una necesidad. ¿Qué os creéis, que lo hice porque a mí el marketing online me gusta? A mí el marketing online me mola, por supuestísimo que me mola. Pero no es lo único que me mola.
Lo que necesitaba en el momento que empecé a hacer esto del marketing online era dinero. Dinero para pagar las facturas. Dinero para pagar las vacunas de mi hijo. Dinero para poder subsistir y dinero para pagar el alquiler. Por eso empecé en el marketing online. Por eso empecé a hacer webs y por eso sigo aquí. Por eso mi empresa, nuestra empresa, BigSeo, va tan bien, y sigue creciendo, porque tiene ese objetivo en su núcleo, en su core: generar dinero, que es lo que tienen que hacer todas las empresas:
Generar dinero aportando valor a alguien
Joder, me he cabreado hablando yo mismo. Lo que explicaba ayer, de que no hay que cabrearse por nada. Me he alterado, pero es que es verdad.
Otra cosa, dejadme algún comentario. Dejadme algún comentario, porque ahora mismo es como un momento privilegiado, porque somos tan poquitos que voy a poder responder todo. Tengo ganas de responderos. Preguntadme cosas, preguntadme. Que para eso estoy. Que a mí me gusta esto de hablar en los podcasts.
Me siento genial porque me permite aprovechar un tiempo en el cual estaría pensando yo mismo, pues estoy pensando en voz alta. Y creo que estoy creando contenido que puede ser útil para otra gente. Así que hacedme preguntas que, joder, de forma personalizada os voy a responder.
Bueno, esto es todo por hoy. Gracias por estar aquí, 34 furiosos. Es que ayer vi Kung Fu Panda con mi hijo. Nos vemos mañana. Chao, chao.
Hola Romuald.
Ya que pides algún comentario en tu podcast, aquí va el mío.
Yo creo que lo más importante cuando quieres emprender un nuevo negocio es hacer las cuentas. Ya que como bien dices, un negocio es para ganar dinero, para palmar pasta mejor montarse una ONG.
Por ejemplo, el que abrió el local de cartuchos de tinta en tu barrio, ¿se paró a pensar cuantos cartuchos debía vender al mes para poder pagar el alquiler del local, el sueldo del empleado, la luz, y el resto de gastos fijos? Seguramente no, porque sino no habría abierto ese negocio.
En mi opinión, antes de meterme en cualquier aventura empresarial, primero hay que hacer un pequeño plan de viabilidad, no hace falta un plan de marketing perfecto, sino como mínimo ver como vas a poder cuadrar las cuentas.
Sobre la pasión, yo creo que no es buena ni mala, lo peor es tener ceguedad por algo que no funciona.
Un saludo
Hola Javi!
Sí, eso dicen, pero yo no soy de planificar mucho la verdad. Soy de los que piensan que no hay decisiones buenas o malas, sino que las hacemos buenas o malas con nuestras acciones, adaptándonos al medio y reaccionando.
Por ejemplo, esa misma tienda de cartuchos la monta otro y la hace funcionar, le crea una web, le hace marketing online, la vende como diferente, creo nuevos canales de distribución, crear el primer cartucho ecológico con tinta de calamar… yo que sé, ¿pillas mi idea?
Esa creatividad y impulso es lo que hace al emprendedor, y no todos sirven para ello. Esto lo dejo para otro Podcast ? ¡Gracias por la idea! jaja